viernes, 17 de julio de 2009

Un paseo por mi Sur, un paseo por la cordillera andina




La parturienta de ojos negros
los cachetes sonrosados
el sol con frío a la sombra
los pintores alcohólicos filósofos
los amantes
los artesanos
las viejas de largos cabellos blancos olor a manzanilla

Los zapatos mojados
las medias húmedas
los perros negros
¡Los perros!
el cielo nublado
el cielo azul
la luna llena

Los ojos de mi amante enfurecido
los ojos de mi amante imaginados
los ojos de mi amante oscuros
al tacto
lejanos ojos

Los silencios en las plazas ruidosas
las sopas en los restaurantes húmedos
los olores del mercado
orégano

Los pelos del gato en la lechuga
la saliva del bodeguero en la mañana
con frío

Los recuerdos susurrando en la neblina
los bares demasiado nostálgicos
los sueños de alcohol y de tabaco
de hierba y de café
las trufas
las empanadas
Las manos que amasan las arepas
la manga que cuela ese café
¡qué nunca nos tomamos!
las lágrimas de la niebla

Las venas verdes de la tierra
se hace agua el centro de la montaña
montañas bañadas de verde agua
sierra montaña verde río

El camino por andar lo andado del camino

Lo que no te dije aquella vez
sobre una cama individual
dos cuerpos suspiran un sudor de lana
un sudor de frío

Una taza de barro llena de tus besos
me ahogo en los andinos montes
me asfixio de placer en las piedras andinas
en los ojos andinos
en las mujeres de pelo negro
en las rosadas mejillas de los niños
me ahogo de nostalgia y de orden indígena
me ahogo del dolor verde de mi tierra
que llora la sangre de mis ancestros.

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